enero 15, 2015

(adjetivo como pronombre indeterminado) vez...

ya no escribo
porque tomamos té de hojas de limón,
mientras vemos al fantástico señor fox,
porque nuestro dóberman ronca de sueño,
porque tu bicicleta es amarilla y la estacionas en la sala,
porque mi cuaderno es de hojas blancas con cubierta lisa.

ya no escribo
porque tomo fotografías con mi cámara nueva,
en el viaje que hicimos este fin de semana a guanajuato,
porque verde que te quiero verde
y jugamos al sexo con permiso ajeno.
porque comemos helados de macadamia
con reducción de bermellones
y nos gusta el café con amareto.

ya no escribo
porque abro un baúl que siempre ha estado en mi cuarto
y de él salen las cosas más hermosas:
un claro de luna ámbar,
un olor tibio a albahaca,
aparatos ecológicos para decorar nuestras zonas naturales,
una higuera para escondernos del tiempo de todos los hombres,
emplastos para tratar la piel de los malos recuerdos,
mapas de dónde perder el tiempo,
teoremas para calcular el momento de los cuerpos,
membresías doradas para ir al desayuno juntos,
escuadras para diseñar a medida los lados incorrectos de la casa.

ya no escribo,
porque encuentro un sitio,
un aquí
en mi ninguna parte.