Esto que leen es, en resumen, la ceguera trágica que definitivamente no me deja hacer las cosas bien, la fijación morbosa de ser artista, un niño que mira una gotita de agua que no termina de caer.
noviembre 06, 2012
misiva no. 4
Confío en que todo puede decirse y con ese valor vine a hablarte. No me siento cómodo. Sé que pronto vas a venir. Tengo muchas ganas de verte. No sé si te puedo corresponder… lo lamento. Verás, es que contigo me siento diferente. Ya sabes que las reglas no las pongo yo. Me he vuelto ciego, invariable, incrédulo ante el mundo. Y te lo digo así, al principio, porque siento que es justo ser sincero. Cuando no consigues las palabras para decir, es mejor dejarlas escondidas y susurrar. No tanto por ellas, sino por ti. Cuando me encuentro documentando lo que me pasa, es que se va a acabar.
Tuyo,
no como me gustaría
Tuyo,
no como me gustaría
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